El cerro en cuya cima se ubica la ermita de San Juan, permite contemplar magníficas vistas panorámicas de la geografía y el paisaje de una parte de la Cordillera Ibérica y del valle del Jalón entre los términos de Ateca y Terrer.

Una interpretación del paisaje permite identificar diferentes elementos naturales y antrópicos que componen este panel paisajístico dominado por la Sierra y la Dehesa de Armantes. Al fondo se puede contemplar el majestuoso Moncayo, cima de la Cordillera Ibérica con 2316 m de altitud. En los días de cielos despejados puede incluso observarse la morfología de sus circos glaciares que recuerdan la existencia de la actividad glaciar en este relieve hace miles de años.

Bajo esta gran mole se observan diferentes alineaciones de sierras de menor altitud como la sierra del Tablao o la sierra de la Virgen. Todas ellas presentan potentes cretas cuarcíticas que les confieren un relieve agreste y de gran belleza.

De menor altitud y con formas más suaves entre las localidades de Ateca y Terrer se extiende la inmensa Dehesa de la Sierra de Armantes tapizada por arcillas, yesos y algunos carbonatos conformando un relieve muy llano, salpicado tan solo por algunos barrancos como el barranco de Alhóndiga y numerosos cerros testigo. Este espacio es aprovechado para agricultura de secano principalmente cereal y algunos campos de almendros y por la ganadería (es uno de los territorios en los que todavía pasta una raza autóctona de la zona la “roya bibilitana”).

 En el término de Ateca entre un bosque de pino de repoblación se puede observar un relieve que llama la atención en el paisaje, conocido como la Mora Encantada, a sus pies un precioso conjunto de cárcavas generadas por la acción erosiva del agua y del viento sobre la roca, conocido en la zona como Las “Cárcamas”. Precioso conjunto de cuevas, chimeneas de hadas y otras morfologías caprichosas modeladas por la acción del viento.

Además el paisaje es atravesado de forma longitudinal por el río Jalon, delatan su presencia algunos bosques de ribera que todavía se pueden intuir en sus orillas. Una amplia vega de frutales también se hace protagonista del paisaje, cerezos, manzanos entre otros generan preciosas estampas en tonos marrones, rojizos y amarillentos en la época otoñal. Finalmente se pueden contemplar diferentes elementos antrópicos de interés como el yacimiento arqueológico de Torrecid, algunas torres de campo como la Casa Blanca en el término de Ateca o la Casa del Barón en el término de Terrer, ésta conserva una antigua noria ubicada en el barranco de Alhóndiga única en la Comunidad de Calatayud.